¿Qué significan entonces las palabras de San Pablo, con las cuales exige la obediencia de la mujer? Significa que el orden y la felicidad de la familia no pueden compaginarse con algunas formas de «emancipación de la mujer» propuestas por el feminismo radical, por ejemplo, como la emancipación fisiológica y económica.
Genera una atmósfera donde tu familia se sienta segura. Suple las necesidades de tu pareja. Muéstrate atento/a. Recuerda que el matrimonio duradero se edifica sobre los cimientos del sacrificio y el servicio.
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El famoso filósofo Dietrich Von Hildebrand llamaba al respeto `la madre de todas las virtudes´, e insistía en que el respeto es la clave para una vida feliz y desde luego para un matrimonio feliz.”
Si estás a punto de dar el paso y comprometer tu vida a la de otra persona, aquí van una serie de requisitos para saber si es la adecuada
Un buen hábito para fomentar el respeto mutuo es tratar a tu pareja de la misma manera que te gustaría ser tratado. Esto significa evitar insultos, descalificaciones o comportamientos agresivos, y buscar soluciones pacíficas a los conflictos.
Comunicación constante: No esperes a que surja un problema para hablar con tu pareja. Mantén una comunicación constante y fluida para que ambos se sientan cómodos y puedan expresar sus preocupaciones y emociones.
Queda claro que hay un ingrediente esencial que requieren todas las recetas personales para que el matrimonio realmente funcione efectivamente. Conocerlo, utilizarlo y cuidarlo asegura que la relación sea buena, enriquecedora y sobretodo positiva.
Necesitamos ser liberados de lo que nos impide ser hospitalarios y, para ello, debemos mirar la hospitalidad de nuestro Señor, quien nos recibe libremente como sus hijos.
Una de estas sencillas cosas es tener conocimiento de lo que generalmente le enoja a tu pareja. Y no porque seas adivino o tengas una lista en la cartera sobre todos los puntos que tu pareja detesta, pero pueden saber lo que les funciona y tener la intención de eliminar los malos hábitos que tienden a hundir su relación.
Todos deberíamos analizarnos de vez en cuando a nosotros mismos y prestar atención a las fallas o malos hábitos que puedan ser perjudiciales para nuestra relación matrimonial. Siempre se puede intentar pedir al cónyuge una breve lista de estos defectos, pero lo más probable es que tu pareja ya te haya dado en el pasado algunas pistas no tan sutiles.
Cuando pienso en la «mesa common común», me estoy refiriendo, no tan sólo al lugar en que se reúne en intimidad toda la familia, sino a la forma de organizarse you can try this out la vida en común entre los esposos, a aquella comunión espiritual y armonía que debe reinar entre ellos, lo que constituye el fundamento del matrimonio feliz y que se apoya sobre dos columnas: la autoridad y el amor.
los matrimonios duraderos se apoyan en el amor mutuo y en el amor de Dios. No hay nada que el amor no pueda lograr, y con verdadera Fe cualquier pareja puede superar sus dificultades y apostar por mucho más.
Cuanto llevamos expuesto no basta para garantizar la felicidad de la vida matrimonial. Se necesita otro objeto no menos importante: el crucifijo. Desde luego, entiendo que ha de haber un crucifijo de veras, es decir, fileísicamente. No sé imaginarme un hogar realmente cristiano en que no ocupe un puesto de honor la señal perenne de nuestra redención; la santa cruz con la imagen de nuestro Salvador.